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Adiós a Jaques Delors, el padre de la UE moderna

El expresidente de la Comisión Europea Jacques Delors, en una imagen de archivo.
El expresidente de la Comisión Europea Jacques Delors, en una imagen de archivo.
EFE/MARIO CRUZ
El expresidente de la Comisión Europea Jacques Delors, en una imagen de archivo.

La Unión Europea es un proyecto que se cocina a fuego lento, y quien mejor entendió esa receta fue Jaques Delors. El expresidente de la Comisión falleció este miércoles a los 98 años y ha dejado un legado innumerable, que le convierte en arquitecto, creador y padre de lo que es la UE moderna. El mayor salto de integración se dio de su mano, con su impulso. "Para que la Unión Europea funcione, debe haber una competencia que estimule, una solidaridad que una y una cooperación que fortalezca", recordaba, bajo palabras suyas, el ex primer ministro italiano Enrico Letta. Y si ahora la Unión funciona se lo debe, sobre todo, a Delors.

Cuando hablamos de los fundadores de lo que hoy es la UE se recurre a Robert Schuman, a Alcaide de Gasperi o a Jean Monnet, pero el abrazo más grande para el avance vino de la mano de un Delors que cuando asumió el mando del Ejecutivo comunitario, en 1985, vio una estructura que todavía estaba por hacer. Si hubiera una Biblia sobre la Unión Europea seguro que llevaría la firma de un hombre que creyó en la potencialidad de una Comunidad Económica Europea fácil de pensar pero difícil de hacer.

Bajo su liderazgo, la UE pasó de tener una decena a 15 Estados miembros, y entre las entradas que se produjeron en ese periodo estuvo la de España. La Unión entró en la década de los 90 ya sin el Muro de Berlín y con una idea de Europa mucho más cohesionada que Delors llevó hasta los límites que pudo, con avances como el programa Erasmus o el germen de lo que ahora es el euro. La moneda única fue una de sus grandes apuestas y no llegó bajo su batuta, pero sí siguiendo la hoja de ruta que él mismo dejó escrita.

"Todos somos herederos del trabajo de Jacques Delors", escribió la actual presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, sobre un hombre al que Josep Borrell definió como "uno de los grandes de Europa". Y es que también el Tratado de Maastrich lleva plasmada la idea que Delors tenía de aquella comunidad imperfecta que sigue siéndolo pero que ahora se asienta sobre unos pilares mucho menos propensos a la demolición. El paso fue gigante: de una 'sociedad' económica a una unión política que no era nada sencilla de hacer. Con Delors se acabaron las fronteras y se puso la definición de lo que para muchos es ahora la Unión Europea, aunque no solo sea eso: un espacio de libre circulación de personas, bienes y servicios.

Las claves de la política pasan por entender sus tiempos, y Delors tuvo que primero adaptarse a una UE que quería cambiar sabiendo que había que hacer las cosas sin pausa, pero sin prisa. El resultado también llegó a través de los acuerdos de Schengen y, sobre todo, de un programa Erasmus que para muchos representa el "verdadero espíritu europeo". La idea original era de Sofía Corradi, una de las 'madres' de la Unión, y quien dijo sí desde el principio a la idea de Delors fue el español Manuel Marín. El galo también fue capaz del más difícil todavía: plantear un Marco Financiero Plurianual preparado para cada época.

Fueron muchos años de pelea en Bruselas para construir algo que no estaba exento de obstáculos, pero Jaques Delors no acabó ni mucho menos cansado. "Ha sido un abogado incansable de la cooperación entre las naciones europeas y el desarrollo de la identidad europea. Una idea que él alumbró gracias a la creación del mercado único, el programa Erasmus y los primeros pasos de la moneda única", expresó Von der Leyen. Tras ese esquema que empezó a hacer realidad y que otros han ido completando, quiso saltar a la primera línea de la política francesa.

Había sido eurodiputado, después presidente de la Comisión Europea, y su capital político se mantuvo intacto en Bruselas. No quiso entrar a jugar en unas aguas mucho más movedizas, las de la política gala que, por su ritmo, iba en contra de lo que Delors defendía. El Partido Socialista francés vivía buenos tiempos mientras una de sus almas construía la UE, pero acabó dividido y Delors prefirió dar un paso al lado.

El Instituto Delors es ahora la plataforma sobre la que reposa su herencia. Es muy complicado escuchar a alguien una mala palabra sobre el padre de la UE actual; sin él casi nada seria igual, y sin pensar en lo que él hizo no se podrían abrir nuevos horizontes como los que ahora se abren: para una unión bancaria, para una nueva ampliación o para una mayor autonomía de la Unión Europea. Delors deja un legado sobre el que ahora se apoya la UE, y es para todos un legado muy firme. "Estadista del destino francés. Artesano inagotable de nuestra Europa. Luchador por la justicia humana. Jacques Delors fue todo eso", concluyó Emmanuel Macron.

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